La Asociación de Gestores de Residuos de Automoción (ANGEREA) desgrana las obligaciones del taller en materia de residuos peligrosos.

A diario, los talleres generan un volumen considerable de residuos que deben ser correctamente gestionados. No solo para cumplir con la normativa vigente sino también para preservar el medio ambiente y evitar poner en riesgo la salud de otros.

En este aspecto, la formación y concienciación del equipo humano que trabaja en el taller resulta esencial. Se trata de la mejor medida para evitar cualquier tipo de riesgo, especialmente al hablar de residuos peligrosos.

Además, la correcta gestión por parte del taller facilita que los encargados de recoger y gestionar esos residuos puedan tratarlos debidamente. De esta manera, se sigue el concepto de Economía Circular, en el que se cierra el círculo de gestión correcta de un producto puesto en el mercado. Y es que, tras una gestión y tratamiento correcto del residuo, éste volverá a un estado de materia prima y producirá nuevos productos.

Obligaciones del taller en materia de residuos peligrosos

Al producir menos de 10.000 kilos de residuos por año y centro, la mayoría de talleres son considerados pequeños productores de residuos. Esto es importante, puesto que de esta diferenciación dependerá cumplir unos requisitos normativos diferentes.

-Comunicar su actividad. Al generar residuos de tipo peligroso, los talleres tienen la obligación de inscribirse en el Registro de Productores de Residuos Peligrosos de su Comunidad Autónoma. Una vez inscritos, el órgano ambiental de su Comunidad Autónoma le otorgará el código NIMA (Número de Identificación Medio Ambiental) asociado a la ubicación de la instalación. Dicho código servirá para contar con la acreditación documental de la correcta gestión del residuo y la posibilidad de entregar los residuos de forma correcta a un gestor habilitado.

-Clasificar los residuos generados en el taller. Lo primero es identificar qué residuos generados en el taller se caracterizan por ser peligrosos. Para conocerlo, se debe consultar la Lista Europea de Residuos (LER).

En resumen, los residuos peligrosos más comunes de nuestro sector son: aceite usado, baterías de plomo, filtros de aceite, restos de pintura, lodos con hidrocarburos, envases con restos, trapos y absorbentes, transformadores y condensadores que incluyan PCB, aerosoles, polvo de fijado, mezclas de combustibles, anticongelante, airbags, pilas, líquido de frenos y carbón activo de las cabinas de pintura.

-Segregar y envasar los residuos. Es importante no mezclar ni diluir los residuos peligrosos generados con otras categorías de residuos peligrosos ni con otros residuos, sustancias o materiales. Para ello, es indispensable almacenar, envasar y etiquetar los residuos peligrosos en el lugar de producción antes de su recogida y transporte con arreglo a las normas aplicables.

No hay que olvidar que los envases y los cierres donde se depositen los residuos deben estar concebidos y realizados de forma que se evite cualquier pérdida de contenido y construidos con materiales no susceptibles de ser atacados por el contenido ni de formar con éste combinaciones peligrosas. La mejor opción es utilizar envases homologados.

-Etiquetar correctamente los recipientes. Esta etiqueta debe fijarse sobre el envase, debiendo ser anuladas, si fuera necesario, indicaciones o etiquetas anteriores. La información que debe contener la etiqueta es la que aparece en la siguiente imagen:

-Cumplir las disposiciones de almacenamiento. Los residuos deben ser almacenados en condiciones adecuadas de higiene y seguridad hasta que sea recogido por un gestor autorizado. Hay que tener en cuenta que la duración del almacenamiento de los residuos peligrosos es de máximo seis meses, según establece la normativa.

Para ello, se debe disponer de un área de almacenaje/almacén de residuos, destinado al almacenamiento temporal de los mismos.

-Realizar la gestión y cesión del residuo. El taller debe disponer de los siguientes documentos, los cuales debe tener actualizados y a mano en caso de inspección.

  1. Libro de registro de residuos peligrosos: Deben quedar registrados la cantidad, naturaleza, código y fecha de cesión, inicio y fin de almacenamiento, frecuencia de recogida y medio de transporte de los residuos generados en el taller. Se debe archivar tres años mínimo.
  2. Contrato de tratamiento con un gestor de residuos autorizado: A esa empresa se le entregaran los residuos generados. No hay que permitir que retire los residuos una empresa que no sea gestor autorizado.
  3. Poseer los documentos necesarios para el traslado de residuos peligrosos.

Por último, asegurarse del día fijado para la recogida y cerciorarse de que el personal corresponde a la empresa gestora contratada.

Muchos de los gestores de residuos autorizados se encargan, además, de la gestión del residuo, de asesorar y formar al cliente (taller) y de gestionar la documentación necesaria para la gestión correcta del residuo. Por eso, disponer de un gestor adecuado se hace indispensable para el correcto funcionamiento de cualquier taller.

Sobre Angerea

Angerea es una asociación nacional sin ánimo de lucro que agrupa a un conjunto de empresas implicadas y comprometidas con la gestión de residuos de automoción. Desde su creación en 2009, ha mantenido su filosofía basada en realizar su actividad con el mayor respeto posible hacia el medio ambiente, cumpliendo escrupulosamente con la normativa aplicable y basándose en un modelo de gestión sostenible.

Todos los miembros de Agerea son gestores de residuos autorizados que se dedican a la gestión intermedia y final de los residuos.

www.angerea.org